La isla de Sa Dragonera es la continuación de la Serra de Tramuntana. El extremo sur de esta se hunde en el mar Balear para volver a emerger en el Cap Llebeig, en Dragonera. Ambas porciones de tierra están divididas por el Freu, un canal muy estrecho y poco profundo. Debido a su localización, al régimen de corrientes marinas y a sus característicos vientos, es un espacio con mucha diversidad de hábitats y especies, tanto terrestres como marinas. Este hecho hace de esta isla uno de los puntos de mayor relevancia ambiental de las Baleares.

Gracias al movimiento ecologista iniciado en los años 70, a la ocupación y las movilizaciones persistentes de la ciudadanía, la isla no fue urbanizada y finalmente se declaró Parque Natural en 1995.

La isla se dibuja sobre el horizonte occidental y su silueta recuerda a un dragón dormido: este es, ineludiblemente, su elemento identitario. Paradójicamente, se ha documentado que el origen del nombre ‘Sa Dragonera’, no se debe al símil con la figura legendaria, sino que proviene del latín ‘traconaria’, que se refiere el uso de las cuevas para el aprovisionamiento de agua dulce en las antiguas rutas de navegación.